Vincent van Gogh nació en Groot
Zundert, Holanda, el 30 de Marzo de 1853. Fue hijo de Theodorus van Gogh
(1822-85), un pastor de la Iglesia Reformada Holandesa, y de Anna Cornelia
Carbentus (1819-1907). Desgraciadamente no existe prácticamente ninguna
información relacionada con los primeros diez años de vida de Vincent. Estuvo
dos años en un internado y posteriormente estudió dos más en la secundaria King
Willem II en Tilburg. En aquel año, 1868, Van Gogh dejó sus estudios cuando
tenía 15 años para no volver.
Quizá nos encontremos ante uno de los
retratos más bellos y significativos de Van Gogh. Fue realizado en septiembre
de 1889, inmediatamente después de su recuperación. Muestra a un hombre con una
salud aceptable - bien alimentado y con el alcohol limitado a medio litro
diario - pero con preocupaciones interiores como se demuestra en el gesto y la
mirada de Vincent. Sabe que ha superado la fuerte crisis que se produjo en
julio de 1889, pero teme una nueva recaída precisamente porque la enfermedad no
le permite pintar. Su mayor deseo es crear, empleando una técnica muy personal;
la línea ondulada se ha adueñado de la imagen, no sólo en el fondo sino que
también se muestra en la chaqueta. El azul y el naranja - colores
complementarios - realizan un interesante contraste, sin olvidar el creado por
la línea marcada por los contornos (chaqueta, ojos, etc.) con la soltura y
rapidez del resto de la composición. Pero por encima de las fórmulas estilísticas
empleadas, sorprende la capacidad para mostrar su personalidad, como ya
hicieron pintores como Rembrandt o Van Dyck en el Barroco.
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