Cada parte del templo estaba destinada a mostrar una iconografía diferente. En el ábside se representaba al Cosmocrátor y a la Theotokos. En los laterales de las naves se representaba la comitiva en procesión litúrgica y las escenas del antiguo y nuevo testamento. En la cúpula se mostraba la mano de Dios saliendo de una nube rodeada de profetas. Más abajo, en las pechinas, se representaban cuatro serafines.
El mosaico de Justiniano se encuentra en la iglesia de San Vital de Rávena. Más concretamente en su ábside, en las paredes de este. Allí distinguimos dos mosaicos, el de Justiniano y el de su esposa Teodora. En el mosaico de Justiniano lo vemos acompañado del arzobispo de Rávena y todo su séquito que llevan ofrendas. El retrato o símbolo de Justiniano se ve idealizado separándolo de alguna forma del resto de figuras. Mantiene las características de las figuras en los mosaicos; isocefalia, pies en "v", frontalidad, horror al vacío, movimientos reiterados en todos los personajes, hieratismo y rostros indefinidos en el séquito.
En lo que respecta al séquito debemos destacar que mantiene las características anteriormente mencionadas y, en los guerreros de la izquierda, el escudo con el crismón. El arzobispo porta una cruz y , a su izquierda, dos miembros de su séquito portan un libro y un incensiario. Justiniano es representado con una aureola, símbolo de divinización.

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