El Discóbolo, creado por el artista griego Mirón en el siglo V A.C., es una de las obras más admiradas de la Antigüedad. Era un bronce hecho durante el período clásico alto del arte griego y mide
aproximadamente 1,60 metros de altura.Aunque el original ya no existe,
se han conservado célebres reproducciones romanas en mármol.
Se trata de un bloque abierto con clara
ruptura de la ley de la frontalidad (aunque con un punto de vista
preferente, precisamente el lateral). Mirón se plantea una doble misión
en la composición, crear un movimiento armónico. Para ello, en una
novedad sin precedentes, utiliza diagonales dobles que se contrapesan
entre sí, creando dinamismo en las distintas partes del cuerpo que, en
el conjunto, se armoniza al contraponer movimientos contrarios (De la
misma manera juega con curvas contrapuestas).El modelado de la
escultura resulta un tanto plano (especialmente en el pelo y los
músculos), que no permite excesivos claroscuros (aunque en el bronce
original generaría probablemente otra sensación, haciendo resbalar la
luz).La belleza, por tanto, se expresa de una forma racional, conectando el arte al hombre, como es típico en esta sociedad griega de carácter antropocentrista en donde el hombre es la medida de todas las cosas, al contrario de lo que sucedía en las artes arcaicas.
Aún con esto, el Discóbolo se convertirá
rápidamente en un símbolo de lo clásico (tanto por su ruptura de la
frontalidad y su atrevida composición, como por la novedad del tema,
alejada por completo de cualquier contenido religioso, perfecta
representación del ideal del hombre cultivado por el mundo clásico), tal
y como demuestra la existencia de numerosas copias que realizaron los
romanos para adornar sus propias residencias. De la misma manera la
consideraron en el arte del Renacimiento
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