jueves, 21 de noviembre de 2013

El Apoxiómeno de Lisipo.

La imagen que vamos a comentar e trata del Apoxiómeno. Su autor es el escultor Lisipo. Es una escultura, individual y exenta, el original en bronce, en este caso una copia romana tallada en mármol. Lisipo debió trabajar en el Apoxiómeno aproximadamente hacia el 330-320 a.C.

La obra pertenece al arte griego, en concreto al período clásico s. IV a. C. El Apoxiómeno es la estatua de un atleta, representada en un momento nada heroico, no es la representación de un atleta victorioso. Los atletas competían con el cuerpo cubierto de grasa y una vez terminada la competición tenían que quitarse el polvo que se les había adherido al cuerpo, cosa que hacían por medio de la strigilis (barra que les permitía el raspado). El nombre Apoxiómeno significa precisamente "el que se quita el aceite". Esta estatua nos ofrece aal atleta en una actividad cotidiana y no con la gloria de los vencedores.

El atleta se encuentra de pie, desnudo, su tamaño es parecido al natural (2,05 m.). Nos transmite una primera idea de mayor esbeltez. El atleta tiene los brazos elevados a la altura de los hombros, y el izquierdo parece que porta una barra, que se desliza por la parte anterior del brazo derecho. La pierna izquierda, claramente separada de la derecha en la visión frontal, lleva un apoyo, y la izquierda que permanece rígida, una columna en la parte posterior. El atleta mira hacia la lejanía, y su cabeza, de cabello rizado, rasgos pequeños, rostro expresivo, se encuentra inclinada y girada. El atleta se apoya claramente sobre una pierna, pero la otra se encuentra desplazada hacia uno de los lados y recibe una parte apreciable del peso distribuido. Uno de los brazos se dobla y el otro está estirado, pero se dirige hacia delante tan tenso como el otro. Desaparecen las rígidas divisiones en planos y volúmenes puros del Doríforo, para conseguir un cuerpo más flexible y ligero. El modelado es más suave, largas y finas piernas aparecen dispuestas como en un paso de danza.
Lisipo codifica y crea un nuevo Canon de proporciones ideales (la cabeza 1/8 parte del cuerpo), el resultado es un cuerpo más esbelto, con sus extremidades más alargadas y la cabeza pequeña. Así la figura nos parece más alargada y el cuerpo menos atlético.

El Apoxiómeno representa el final del periodo clásico. El idealismo clásico se ve amenazado por una nueva concepción del hombre, de su lugar en el mundo, y pone de manifiesto el cambio que se está operando en el modo de concebir la vida. Ya no es un atleta triunfador, coronado, sino que aparece en una función cotidiana, nada heroica. Los valores grandiosos, la exaltación del hombre, va dejando paso a una concepción más pesimista. 



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