martes, 17 de diciembre de 2013

Santa Sofía de Constantinopla.

Esta iglesia bizantina es un antemio de Tralles e Isidoro de mileto en época de Justiniano, la cual sustituye la basílica de Constantino.

Los materiales usados fueron piedra y ladrillo para los muros, mármoles de colores para las columnas y el pavimento, planchas de cobre en el interior, etc.
Santa Sofía tiene una organizacíon espacial, es decir, tiene una disposición basilical, con tres naves, las laterales más pequeñas. Pero al mismo tiempo es una planta central organizada por una gran cúpula sostenida por los cuatro gruesos pilares.

Exteriormente tiene las siguientes partes: la cúpula central, ventanas, las medias cúpulas, pechinas, ábside, los pilares y el atrio.

 Desde la Edad de Oro de Bizancio, esta mezquita que en un tiempo fue un templo católico, es uno de los más extraordinarios edificios dentro de la historia de la arquitectura. Desempeñó un papel importantísimo tanto arquitectónica como litúrgicamente en la confesión Ortodoxa Oriental, en el Imperio Bizantino y, más tarde, como mezquita durante el Imperio Otomano.
Esta iglesia es un lugar dedicado tanto a la glorificación de Dios como del Emperador, con una jerarquización del espacio que deja traslucir el rígido protocolo de la corte, reflejo de la influencia oriental en la cultura bizantina.





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