Estos mosaicos están hechos con
pequeñas piedrecitas de colores o teselas, empleando las habituales
técnicas romanas del Opus Tessellatum (teselas cúbicas e iguales para el
interior) y el Opus Verniculatum (de formas diferentes y empleadas para
los detalles).
Entre
la larga serie de mosaicos de la iglesia son destacables los dos paños
que representan en el interior del ábside a los emperadores Justiniano y Teodora, acompañados de sus respectivos séquitos, realizando una ofrenda en el propio templo.
En general, ambos mosaicos presentan
escasos rasgos naturalistas o realistas, son muy simbólicos, incluso
abstractos, buscando mostrar la supremacia y alejamiento del poder
imperial.
A pesar de que en los mosaicos aparecen los retratos oficiales de Justiniano y Teodora, Sabemos
fehacientemente que ninguno de ellos visitó jamás la iglesia, porque
nunca estuvieron en Ravena (que había sido conquistada por Belisario en
el año 540) y, sin embargo, estas son las únicas representaciones que
nos han llegado del emperador y su esposa, una especie de "retratos
oficiales", con cierta idealización, de casi 1500 años de antigüedad.
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