miércoles, 26 de febrero de 2014

SAN CLEMENTE DE TAHÜLL.


Nos encontramos ante una pintura mural, la cual se encuentra en el ábside de la iglesia románica de San Clemente de Tahull (Tahull, Valle de Bohí, Lérida). Esta obra es titulada con el nombre de la propia iglesia y su autor es el maestro Tahull y su taller.

Esta obra está realizada al fresco, con retoques al temple y tiene un fondo monocromo.
Hay que destacar que esta obra fue extraída de su lugar de origen mediante la técnica de strappo, que consistió en arrancar solo la película pictórica del fresco, sin el mortero de preparación.

Esta pintura tiene influencia bizantina; sin volumen ni efectos espaciales, con una simetría compositiva y movimientos convencionales.
En cuanto a su estructura formal, debemos destacar que la figura de Cristo se convierte en la estructuración geométrica de los cuerpos de los diferentes personajes. Sin embargo, esta simetría solo se rompe en la posición de las manos de Cristo.
Esta obra se caracteriza sobre todo por su hieratismo y su frontalidad y por el uso de franjas monocromáticas horizontales en el fondo las cuales dan al espectador una visión atemporal de la escena. Sin embargo, el autor quiere dar también una sensación de volumen a través de los pliegues de las vestiduras y de unos círculos rojos pintados en las mejillas de los personajes.
La perspectiva jerárquica, característica del Románico, hace que la imagen de Cristo quede en Majestad, con grandes proporciones respecto a los otros personajes.
Debe destacarse el uso de una línea negra que delimita todas las figuras (influencia bizantina). También se aprecia la utilización de colores puros e intensos, sin claroscuros.

El Románico tiene influencia bizantina en elementos como la cruz griega, la cúpula... También tiene una herencia clásica grecorromana y una aportación cristiana.
El terror del año 1.000 influye en los temas; el arte refleja el alma y el sentimiento.
Los aspectos sociales y religiosos son los factores más importantes que intervienen en el desarrollo de este fenómeno artístico. 
Desde Cluny se promueven las peregrinaciones a lugares sagrados, donde se hallan las reliquias de los santos. La visita de peregrinos supone un prestigio religioso, pero además un beneficio económico.
Aquí, la Iglesia juega un papel primordial, al alzarse como unidad de pensamiento y orden social establecido y convertirse en el principal cliente en el ámbito artístico.

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