Doríforo.

Se trata de una escultura griega esculpida por Policleto durante el 430 a.C. El la obra original, se utilizó bronce, pero las copias que se conservan son de mármol. Esta obra se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

La escultura, representa a un joven atleta que anteriormente sostenía una lanza que se perdió. Por el peso del mármol, y la particular posición de la escultura, necesita de un soporte para que se mantenga en pie.

El autor, ejecutó de una manera peculiar la escultura ya que al tener flexionada la rodilla hacia atrás, la cardera se inclina y hace un contrapeso por el cual consigue el equilibrio. A esto se le llama contrapposto. Al mismo tiempo, el autor busca el canon perfecto al medir la escultura siete veces la cabeza y al tener las líneas del abdomen perfectamente marcadas, aunque en la cara busca el naturalismo. También el rostro queda dividido en tres partes iguales: la frente, de la frente a la nariz, y de la nariz a la barbilla.

El atleta se encuentra en reposo antes de comenzar en la prueba de lanzamiento. Los griegos querían reflejar con esta clase de esculturas la capacidad que tenía un joven para participar en los juegos. Pero no se puede observar gestos de orgullo ni de nada, lo que mantiene la ética de su éxito.