martes, 26 de noviembre de 2013

Teatro de Mérida. 04. Arte romano

La imagen que vamos a comentar es una arquitectura, perteneciente al arte romano y es el Teatro de Mérida. 
De autor desconocido, esta obra arquitectónica esta realizada de piedra y mármol.
El teatro de Mérida pertenece al denominado tipo mixto, es decir, alzado en parte al aire y en parte excavado en el monte. No está, pues, ni totalmente resguardado por un declive montañoso, como los teatros griegos, ni es del todo exento, como los romanos.
Se estructura en dos partes fundamentales: la monumental escena, de 17, 5 m de altura, con las dependencias para los actores; y la "cávea", espacio destinado al público. Entre ambas partes se encuentra la orquesta, zona semicircular donde se situaba el coro, así como un amplio proscenio de 60 m de largo por 7 m de profundidad, donde se realizaban las representaciones. Detrás del proscenio aparece la escena propiamente dicha, reconstruida con materiales encontrados, parcialmente, in situ.
La escena esta formada por tres tramos no alineados, con lo que se consigue un fuerte contraste de luz y sombra. En el tramo central se abre una puerta principal y en cada uno de los laterales sendas puertas que comunicaban con las dependencias o camerinos.
Esta fachada consta de dos cuerpos de columnas corintias situados sobre un sólido zócalo. su entablamento está rematado por una cornisa decorada de palmetas, ovas y otros ornamentos. En   los intercolumnios se situaban estatuas de personajes públicos y divinidades.
En el plano inferior, el de la orquesta, cuyo suelo está recubierto de mármol, hay dos entradas llamadas parodos utilizadas para acceder a las localidades de más categoría, dispuestas en tres filas de asientos. Sobre éstas se disponían las gradas que formaban la llamada "ima cavea", con veintidós filas para los patricios, concentradas en cada uno de los seis "cunei" o sectores en forma de cuña en que se dividían las graderías.
Los teatros son los edificios más espectaculares de todas las arquitecturas públicas. Su función no es solamente la de albergar representaciones teatrales -comedias y tragedias-, sino también celebraciones, rituales, reuniones politicas, juegos, etc.
El teatro de Mérida fue un encargo de Marco Agripa, consúl de Augusto en la capital de la Lusitania.

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