En esta imagen podemos o observar el mosaico de Teodora que se encuentra en el presbiterio de la iglesia de San Vitale de Rávena (Italia). Su autor es desconocido y su cronología es de 547.
En general se emplearon las técnicas musivarias usadas anteriormente por los romanos, con una preferencia especial por el opus tessellatum y por el uso de una gama cromática muy rica, en la que el dorado tiene una presencia muy importante.
Está dominado por un fondo dorado atemporal que imprime a la escena una mayor sensación de solemnidad. Sin embargo, también puede apreciarse una voluntad realista en el hecho de diferenciar el suelo de color verde y colocar en la composición algunos elementos arquitectónicos. Además se intuye un fallido intento de perspectiva, porque se ha situado una fuente delante de la puerta de una habitación, cuyo interior aparece detrás de la cortina que abre uno de los personajes.
También se utiliza la perspectiva escalonada o isocefalia (superposición de cabezas de iguales dimensiones) en la representación de los personajes secundarios: damas de honor.
El cromatismo es muy rico en matices y tonalidades, y destaca la variedad de motivos decorativos de algunas túnicas.
La construcción de una nueva capital atrajo artistas y artesanos de todo el imperio.
Pero en el año 395 el imperio quedó dividido por Teodiso: el Orienter para Arcadio y el Occidente para Honorio. Con la reconquista de Justiniano se pretende rehacer el imperio perdido y conquista África, el sur de España e Italia (527-565).
Este imperio tiene una herencia clásica como es el derecho, la Administración imperial romana y el idioma y la civilización romana, así como una herencia cristina en la costumbres de tipo oriental. Estas dos herencias trajeron consecuencias como la corte imperial y el cesaropapismo: intervención del emperador en asuntos de la iglesia.
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